jueves, 14 de junio de 2012

Somos tan efímeros como un sueños

Despertamos una mañana, y ya tan solo recordamos a penas vestigios de lo que vivimos en la noche. Muchas veces, solo nos queda la sensación de realidad de aquel mundo que hemos dejado a parte. Ni siquiera nos damos cuenta de que, al despertar, estamos matando una parte de nuestra existencia. El minutero del reloj es un verdugo sin piedad que no perdona, y nosotros ni siquiera alcanzamos a ver lo que hay detrás de nuestros ojos, cuando, decidido el momento de el final de cuento, no hay príncipe que nos vuelva a despertar con un beso.

1 comentario: