Que se quede mudo el despertador y así poder quedarme en la cama a tu lado todo el día, sin separarme de tu piel. Que tus brazos me arropen cada noche, y tus ojos sean ese mar en el que me pierda cada mañana al despertar.
Y es que te has convertido en mi pensamiento favorito, al que acudo cada vez que las sombras me vienen a perseguir, porque tu luz hace que me sienta a salvo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario