En un rincón del silencio
miércoles, 12 de noviembre de 2014
...
A veces sigues buscando una camino del que no ves el final. La senda se vuelve fría, escabrosa y empinada, pero sigues hacia delante, paso a paso. A veces duele, las piedras se clavan en la plantas de tus pies y crees que vas a tirar la toalla, pero cuando piensas que todo está perdido, te vuelves a levantar.
miércoles, 2 de abril de 2014
Le peor no es verte
Lo peor no es verte,
sino recordarte.
Las preguntas se agolpan en mi mente,
y no puedo liberarme.
Sin la respuesta del tiempo
me hallo algo perdida
sin saber si el viento
vendrá algún día
a mostrarme la salida.
Lo peor no es verte,
sino sentirte.
Saber que la distancia entre nosotros
disminuye parcialmente,
y mantener la compostura
se convierte en un esfuerzo
capaz de fatigarme.
Lo peor no es verte,
sino saber que estás ahí.
Saber que a pesar de todo
sigues leyendo cuanto escribo,
sigues pensando alguna vez en mi,
sigues estando ahí, de nuevo.
Lo peor no es verte,
es saber, que no podré tocarte.
Y recordar los besos de una vez
se convierte en una incesante tortura,
porque se que se acabó,
y que, seguramente, para siempre.
Lo peor no es verte,
sino la constante duda
que se agarra a mis pensamientos.
Porque, sigue habiendo algo en mi interior
que me dice que, tal vez,
aquello podría haber salido bien.
Porque, la duda,
es lo que me hace pensar cada noche
que podría estar entre tus brazos.
Y a pesar de todo, tal como dijiste
he seguido con mi vida, he intentado suplirte.
A pesar de todo, seguí hacia delante con mi herida,
y cuando parece que los puntos ya han sanado
siempre vuelve a abrirse.
Pero, lo peor de todo, es verte.
Porque, se que soy egoísta, y se que haré daño a mucha gente,
pero cuando te veo, de nuevo vienen todas estas frases a mi mente.
sino recordarte.
Las preguntas se agolpan en mi mente,
y no puedo liberarme.
Sin la respuesta del tiempo
me hallo algo perdida
sin saber si el viento
vendrá algún día
a mostrarme la salida.
Lo peor no es verte,
sino sentirte.
Saber que la distancia entre nosotros
disminuye parcialmente,
y mantener la compostura
se convierte en un esfuerzo
capaz de fatigarme.
Lo peor no es verte,
sino saber que estás ahí.
Saber que a pesar de todo
sigues leyendo cuanto escribo,
sigues pensando alguna vez en mi,
sigues estando ahí, de nuevo.
Lo peor no es verte,
es saber, que no podré tocarte.
Y recordar los besos de una vez
se convierte en una incesante tortura,
porque se que se acabó,
y que, seguramente, para siempre.
Lo peor no es verte,
sino la constante duda
que se agarra a mis pensamientos.
Porque, sigue habiendo algo en mi interior
que me dice que, tal vez,
aquello podría haber salido bien.
Porque, la duda,
es lo que me hace pensar cada noche
que podría estar entre tus brazos.
Y a pesar de todo, tal como dijiste
he seguido con mi vida, he intentado suplirte.
A pesar de todo, seguí hacia delante con mi herida,
y cuando parece que los puntos ya han sanado
siempre vuelve a abrirse.
Pero, lo peor de todo, es verte.
Porque, se que soy egoísta, y se que haré daño a mucha gente,
pero cuando te veo, de nuevo vienen todas estas frases a mi mente.
martes, 25 de marzo de 2014
Todavía queda otoño en Marzo
Si el día es gris
arráncale las hojas,
deja que el viento meza
el pelo del olvido
del que no te deja,
del que se queda
a pesar de la pobreza
de la dureza del camino,
del largo recorrido
y de los pies doloridos
por tanto caminar.
Si la noche es oscura,
busca en las flores
la blancura de la luna,
de la vieja alforja
rompe las costuras,
que escuderos sin sombrero
se atrevieron a forjar.
No dejes espacio entre las comas,
no pidas perdón sin acusar,
no sepas lo que es vetar la droga
de la vida que se pasa
y se va sin avisar.
Que el azul de los océanos
se vierta de nuevo en los ojos del
loco.
Que tus sueños no sean más
de quien no te quiere soñar.
Que la sangre segregue humor,
y ya no vuelvas a sentir dolor nunca
más.
miércoles, 5 de marzo de 2014
VII
Me quitaste las armas
y ahora sólo puedo luchar
mano a mano con el destino.
Seguir andando, sin camino
sin otra oportunidad.
No me quedan sueños
por los que seguir viviendo,
pero aun así, cuando cierro los ojos
ahí te sigo viendo.
Y aunque la noche parezca eterna
se que me espera un nuevo día
al llegar el amanecer.
Y no hay más que pueda hacer,
que seguir respirando.
Y otro día pasa,
y ya no estás aquí.
Y aunque siento que me faltas
yo sigo aquí.
y ahora sólo puedo luchar
mano a mano con el destino.
Seguir andando, sin camino
sin otra oportunidad.
No me quedan sueños
por los que seguir viviendo,
pero aun así, cuando cierro los ojos
ahí te sigo viendo.
Y aunque la noche parezca eterna
se que me espera un nuevo día
al llegar el amanecer.
Y no hay más que pueda hacer,
que seguir respirando.
Y otro día pasa,
y ya no estás aquí.
Y aunque siento que me faltas
yo sigo aquí.
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otro día más,
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poema,
relato,
roto
VI
Just, say sorry.
I'm tired of begging a really sad story.
You feel the matter of being lonely,
and you don't know, the truth.
Off the lights, and the story of my life
its you.
I'm tired of begging a really sad story.
You feel the matter of being lonely,
and you don't know, the truth.
Off the lights, and the story of my life
its you.
miércoles, 5 de febrero de 2014
Historias de pensamientos perdidos
Estaba tan perdida que sus pasos sólo podían avanzar. A veces el tiempo la cogía, y otras veces parecía no pasar. Nada a su alrededor seguía siendo igual, y el mundo parecía perderse en la infinidad.
¿Habrá una casa? Nunca será un hogar.
¿Existirán los sueños? Nunca se harán realidad.
Sabía aquello tan a dentro, que en su maleta sólo portaba el corazón. Corazón herido, maltrecho, y aún así latiendo. Puede que nada siga existiendo, pero yo seguiré andando. Caminando al fin del mundo, o incluso al otro lado.
Paso tras paso, piedra tras piedra, y seguía cayendo. ¿Queda algún recuerdo? De lo más incierto, de lo más irracional, a veces quedan los recuerdos de un pasado que no es verdad.
Se obliga a pensar que ya nadie la alcanza, que camina sola, que no se inclina la balanza. Pero hay más gente, más caídas, más tardanza. Y el tiempo a nadie espera, es la mentira de la esperanza.
Que todo cambie, que nadie llame, que caiga la lanza. Un espíritu sin compañía, una luz en la lejanía, una señal de confianza.
Ya da igual, ¿qué importa si no llega mañana? Camina, camina, sigue andando.
No te pares a mirar. No saludes. No.
El camino se hace sola, porque ya hay bastantes piedras para caer.
La imagen perdida entre la piel, y las heridas sangrando, pueden hacerte perder. Tenlo en cuenta. Levántate.
¿Habrá una casa? Nunca será un hogar.
¿Existirán los sueños? Nunca se harán realidad.
Sabía aquello tan a dentro, que en su maleta sólo portaba el corazón. Corazón herido, maltrecho, y aún así latiendo. Puede que nada siga existiendo, pero yo seguiré andando. Caminando al fin del mundo, o incluso al otro lado.
Paso tras paso, piedra tras piedra, y seguía cayendo. ¿Queda algún recuerdo? De lo más incierto, de lo más irracional, a veces quedan los recuerdos de un pasado que no es verdad.
Se obliga a pensar que ya nadie la alcanza, que camina sola, que no se inclina la balanza. Pero hay más gente, más caídas, más tardanza. Y el tiempo a nadie espera, es la mentira de la esperanza.
Que todo cambie, que nadie llame, que caiga la lanza. Un espíritu sin compañía, una luz en la lejanía, una señal de confianza.
Ya da igual, ¿qué importa si no llega mañana? Camina, camina, sigue andando.
No te pares a mirar. No saludes. No.
El camino se hace sola, porque ya hay bastantes piedras para caer.
La imagen perdida entre la piel, y las heridas sangrando, pueden hacerte perder. Tenlo en cuenta. Levántate.
miércoles, 20 de noviembre de 2013
Sin rumbo ni futuro
Llevo tanto sin mirar hacia delante, que perdí el camino no sé dónde, y ahora, en medio del bosque, está empezando a refrescar. Creo que hubo un tiempo en que supe encender fuego, tener algo que me mantuviera caliente, pero esta noche, toca pasar frío, quién sabe si tal vez, llegue la muerte. Pero dudo que nadie llore si me voy, pues me fui hace tiempo, aunque ya nadie lo viera. Dejé, ausente un cuerpo, sin una llave que lo abriera. La puerta cerrada del despacho, del corazón, las ventanas abiertas. De la vida, me cerraron el paso, y dejaron escapar la madrugada. Ahora el Sol, ya no sale por el Este. Perdí el Norte con tus zapatos verdes, y pensé, que tal vez la noche, haría cambiar este horizonte.
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